Resumen
La propia identidad, sus diversos modos de figuración y su búsqueda en circunstancias adversas ha sido un interrogante fundamental en el teatro, en la narrativa y en la ensayística. El destino de toda persona guarda relación directa con su conciencia de identidad. La escritora Victoria Ocampo (1890-1979) debió vencer muchos obstáculos para llegar a ser una autora e intelectual independiente, lejos del paradigma de mujer de su época y de su clase social. Su segundo libro fue un texto teatral, La laguna de los nenúfares (1925). En él, parece haber traducido su propio deseo de libertad y haberse opuesto a la tradición de quienes buscaban mantenerla encerrada en su cuna de cristal. Así, el protagonista de su obra se rebela contra quien lo crio: en pos de conocer su verdadera identidad y el mundo que le pertenece, se opone al destino de vida recoleta y privilegiada que le garantiza su apropiador.
Proponemos identificar, en este texto centenario, figuras reconocibles de nuestra historia reciente: el «apropiador» y el «apropiado», el supuesto amor parental, la manipulación, la culpabilidad, el sometimiento y la opresión, y la identidad como forma de liberación. Aun cuando la voz de Ocampo fue habitualmente asociada a la élite económica o la oligarquía argentina, sorprenden los numerosos parlamentos de sus personajes que espejan, hoy día, frases icónicas del drama de quienes han desaparecido y de sus hijos.