El Teatro por la Identidad es un mecanismo constituyente de las Representaciones Sociales en la sociedad argentina (finales del s.XX y comienzos del s.XXI) sobre la recuperación de la identidad por los hijos de los desaparecidos, apropiados por el Estado durante la dictadura. En tal sentido coadyuva en la reparación psicológica social de los efectos del genocidio sufrido durante la década de los setenta en el país. Su análisis mediante esta herramienta psicosocial, nos ha permitido analizar un espacio interactivo social, vigente durante casi dos décadas, que ha convertido un acto social (la representación teatral), en un espacio de realidad en las mediaciones sociales. Esta experiencia colectiva y cultural ha permitido examinar los roles de cada uno y de los demás, permitiendo a la sociedad una reflexividad mediante la experiencia que permite el lenguaje, sobre el pasado, sobre los otros, sobre la actitud propia y ajena y finalmente integrar a todos al proceso social, de modo no violento, civilizado, afectivo. El Teatro por la Identidad también ha evolucionado con la sociedad que lo informa y contiene durante sus dos décadas, pasando de modificar un sistema de valores o ideas, asociados a la dictadura y el terrorismo de Estado vigente durante casi una década antes (1976-1983) y sus efectos sobre una nobel democracia que evoluciona de crisis en crisis (1984-2001), a posibilitar el intercambio social respecto a nuevos temas como la identidad de género, la nueva femineidad, la sororidad, el aborto, la sexualidad, los conflictos de clases, etc.

En el presente trabajo intentamos bordear la pregunta “¿qué es la identidad?” a partir de pensarla en relación a la autoría artística y la construcción colectiva. Sostenemos que quien se posiciona autore se redefine en ese proceso creador. A su vez, se presenta ante lo colectivo con una identidad propia que se transforma y transforma. Es en este compartir su obra que se posibilita la construcción y recontrucción de su propia identidad y la identidad colectiva y singular de quienes ofician de público. El arte habilita, posibilita, constituye un proceso de historización subjetivante singular y colectivo.

En el siguiente trabajo procuro reflexionar sobre el proceso de producción de mi propia identidad y subjetividad como teatrista y antropóloga, atendiendo a las dimensiones artísticas, políticas y pedagógicas que siento que la conforman. Para ello, realizo un breve recorrido por dos experiencias que considero fundantes: mi paso como docente de en un bachillerato popular y en una materia de coordinación colectiva en la universidad. Luego me detengo a trazar un mapa de lo específicamente teatral. Finalmente intento pensar dónde estoy hoy, y hacia dónde me gustaría seguir caminando.